Mientras que Kay busca cumplir con las expectativas de un padre que guarda resentimientos a un viejo conocido, Ágata solo se preocupa por esperar la llegada de su padre y no tener que alimentarse de la comida dulce que su mamá prepara. Si la vida parecía ser fácil y con un mismo ritmo para estos dos, el destino les tenía preparado algo diferente. Vivir juntos no va a ser tan sencillo como Kay esperaba y Ágata seguro no imaginaba estar en una situación como esa. Amigos que se tienen que encontrar con un pasado que los persigue, amigos que sacan a relucir sentimientos que a pesar de que se conocen, no son tan esperados ni anhelados. "Estamos bajo el mismo cielo, pero no vemos los mismo colores, no vemos lo mismo que el otro. Solo espero que algún día puedas sentir lo mismo que yo en este momento"